Lo que explico en esta entrada, es una muestra más de cómo las Constelaciones Familiares ayudan a resolver los problemas y los plazos de tiempos en que estas soluciones se encuentran.
El creador del método de Constelaciones Familiares dice que el resultado de una Constelación Familiar puede tardar entre seis meses y dos años, aunque reconoce casos en que los cambios son mucho más cercanos en el tiempo.
Hoy quiero mandarles este reporte a mis alumnos para agradecerles la colaboración en la Constelación: "QUIERO VENDER MI CASA", realizada en el Centro Cívico de Cunit, Els Jardins, en el año 2010.
En aquella oportunidad la realizamos a distancia para una persona desconocida por el grupo a quien le urgía la necesidad de vender su propiedad. Los alumnos, no sólo no conocían a dicha persona sino que desconocían el motivo de consulta ni a quién estaba representando cada uno. (Este tipo de constelación se denomina: "Constelación tapada").
Lo curioso fue que el representante de la casa expresó: "Yo no me siento una persona. Me siento una cosa" a lo que le respondí: "Exacto. No representas a una persona. Tú, eres una casa." Entonces, continué diciéndoles a los demás representantes: "Y ustedes dos, los nuevos compradores. Y tú, el Director del Banco que va a financiarles la hipoteca".
Una experiencia muy interesante que ha dado sus frutos dentro del tiempo esperado.
Gracias, otra vez, a todos los que con sus ganas de aprender y entrega ayudaron a una persona lejana y desconocida.
El creador del método de Constelaciones Familiares dice que el resultado de una Constelación Familiar puede tardar entre seis meses y dos años, aunque reconoce casos en que los cambios son mucho más cercanos en el tiempo.
Hoy quiero mandarles este reporte a mis alumnos para agradecerles la colaboración en la Constelación: "QUIERO VENDER MI CASA", realizada en el Centro Cívico de Cunit, Els Jardins, en el año 2010.
En aquella oportunidad la realizamos a distancia para una persona desconocida por el grupo a quien le urgía la necesidad de vender su propiedad. Los alumnos, no sólo no conocían a dicha persona sino que desconocían el motivo de consulta ni a quién estaba representando cada uno. (Este tipo de constelación se denomina: "Constelación tapada").
Lo curioso fue que el representante de la casa expresó: "Yo no me siento una persona. Me siento una cosa" a lo que le respondí: "Exacto. No representas a una persona. Tú, eres una casa." Entonces, continué diciéndoles a los demás representantes: "Y ustedes dos, los nuevos compradores. Y tú, el Director del Banco que va a financiarles la hipoteca".
Gracias, otra vez, a todos los que con sus ganas de aprender y entrega ayudaron a una persona lejana y desconocida.