Con cada nueva sesión, vamos quitando parte de ese peso.
Un día, reproches, otro día quejas. Una vez, rabia, otra vez, pena. Un día, a sus padres, otro a sus amores. Más adelante a sus hijos y quizás también a los que aún no han nacido.
Y así, hasta que la mochila queda casi vacía.
Lo sé, lo sé!
Han tenido que transcurrir meses de trabajo personal.
Qué le vamos a hacer! Aún no se ha descubierto la "terapia instantánea" y los terapeutas, no somos magos...
Sin embargo, les aseguro, cuando el paciente llega a este punto, algo maravilloso empieza a surgir.
Por empezar, el pelo brilla. Quién diría! Algo tan simple... Como si el cambio empezara por ahí arriba, el chacra cráneo sacral, el de la coronilla.
Sus ojos empiezan a mirar de una manera diferente, nítida y profunda.
Respiran más pausadamente.
Sonríen.
Yo resumiría en: rejuvenecen.
Entonces, damos paso al momento más excitante del trabajo terapéutico.
Algo hay que hacer con la mochila.
Desprenderse de ella, del todo, no se puede. En algún sitio tendrán que llevar herramientas que puedan hacerles falta para el camino de la vida.
Y qué herramientas son esas?
Yo les recomiendo que se aprovisionen de algo que no pese demasiado y sea productivo.
Qué puede ser eso que en vez de pesar, aligera y en vez de bloquear ayuda a construir?
Algo que no cueste de llevar pero que sea tan increíblemente grande como para ayudarlos a sentirse vivos, satisfechos y felices.
Lo dejo a su imaginación y cada uno, que se haga cargo.
He aquí algunas de las ideas:
- Voy a buscar abogado de oficio y moveré cielo y tierra para que mi ex pague la pensión que le corresponde a mis hijos.
- Soy una excelente cocinera! Voy a dar a probar mi receta de croquetas.
- Hay una empresa que me ha hecho una propuesta. Siempre me están haciendo propuestas, pero ésta vez, creo que vale la pena...
- La semana pasada lo conocí. Ha sido un flechazo. Un amor a primera vista. Creo que ha llegado el momento de intentarlo otra vez. Apuesto por este amor que ha venido de esta manera...
"El Mundo está en las manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y correr el riesgo de vivir sus sueños".
O como lo expresa el escritor francés Antoine de Saint-Exupery:
"El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe adónde va".