
Perdió a su marido en un accidente y ella fue gravemente herida. Mes de coma, más meses de internación no permitieron que pudiera cuidar del bebé que salió ileso.
A partir de entonces, cientos de días de recuperación.
Han pasado 7 años y aún lo recuerda con lágrimas en los ojos.

Algo que no logran descubrir, le hace rechazar todo lo que entra en él.
Cómo terapeuta pienso: qué hace que no pueda alimentarse bien? Que no PUEDA DEJAR ENTRAR,
que nuevamente su vida esté al borde de la muerte como en aquella vez?

Qué sucede en el alma cuando lo que más se ama, desaparece?
Qué camino se sigue cuando a uno le toca quedarse sin el otro?
Cómo se compensa aquello que tanto se recibió si el que dio ya no existe?
Este equilibrio entre el dar y tomar, es imprescindible para seguir viviendo y si no se logra, la culpa es tan grande, tan inmensamente grande, que no se puede DIGERIR.
Podrán mirar los intestinos, analizar el colon, buscar intolerancias a los alimentos y no encontrarle nada. Como hasta ahora, así lo han hecho.
Ojalá alguien se fijara en su alma.
Y le dijera que ya nunca podrá equilibrarse.
Que la culpa hay que llevarla dignamente y mirar hacia ese ser pequeñito que ahora tiene 7 años y necesita de los dos.
Al que no conoció y a la que quiere irse.
LO AMARÁS, SERÁ TU SUEÑO, TE PERSEGUIRÁ Y TE HARÁ GOZAR MÁS QUE NUNCA EN LA VIDA
A.P