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Clase de la Diplomatura en Constelaciones Familiares, Univ. Abierta Interamericana |
Abogada y Terapeuta en Biodescodificación y Constelaciones Familiares
Las constelaciones familiares son una técnica terapéutica desarrollada por Bert Hellinger que ha demostrado ser una herramienta valiosa en el ámbito familiar, organizacional, legal, jurídico y terapéutico. Se trata de un recurso útil para restablecer el equilibrio en las relaciones de forma sana, aplicable a todos los ámbitos de la vida y se utiliza para resolver conflictos y problemas personales y sociales. Actualmente, no están reguladas, razón por la cual los intereses de cada facilitador han hecho que el trabajo se diversifique y se enriquezca, pero también en muchos casos se desvirtúe y se confunda.
Cabe advertir que esta disciplina es relativamente nueva y que Bert Hellinger comenzó a trabajar con esta mirada en los años 80 y como los primeros interesados en su nuevo aporte en Alemania y Austria eran en general psicoterapeutas, eso hizo que las Constelaciones Familiares se ubicaran dentro del ámbito de la Psicoterapia. Sin embargo, la Asociación Sistémica y los Colegios Médicos de Alemania no tardaron en criticarlo, pues no consideraban que su enfoque respondiera a los criterios de la Terapia Sistémica, con lo que Hellinger estuvo de acuerdo y nunca pidió el reconocimiento de estas instancias sino, al contrario, una y otra vez enfatizó que las Constelaciones Familiares eran diferentes de la psicoterapia y que todos quienes las hubiesen aprendido podrían aplicarlas (La evolución no acepta límites o… ¿qué son las Constelaciones Familiares?, por Tiiu Bolzmann, www.constelamerica.com.ar).
Han pasado casi 40 años desde aquel entonces y actualmente se ha desencadenado la misma discusión en Argentina. Se critica que las Constelaciones Familiares no puedan ser llamadas psicoterapia ni tampoco psicoterapia alternativa o complementaria. Esto es cierto, pues no corresponden al marco teórico ni metodológico de la Psicología. Su metodología es diferente. Los órdenes del amor, como leyes sistémicas, son empíricamente verificables, aunque no formen parte de las materias de las universidades, aspecto que ya ha empezado a modificarse, pues ya existen en nuestro país certificaciones con actualización permanente en esta disciplina que evoluciona año tras año.
Con liviandad y profunda ignorancia, se ha hablado despectivamente acerca del valor científico, académico y terapéutica de las Constelaciones Familiares o, más bien, las Configuraciones Sistémicas, término más integrativo y actual. Incluso si uno consulta a la Inteligencia Artificial, herramienta que ha ganado mucho terreno en los usuarios curiosos, allí refiere, por ejemplo que las constelaciones familiares no tienen aval científico, por lo que se consideran una pseudociencia por algunos expertos; que son una técnica terapéutica que se basa en la terapia sistémica y fenomenológica, que si bien se dice que pueden ayudar a identificar las causas de los conflictos legales, a mejorar la comunicación y a resolverlos, sin embargo, algunos expertos consideran que las constelaciones familiares pueden ser peligrosas si no se practican con la formación y supervisión adecuadas.
Algunas de las críticas más aventuradas y recurrentes a las constelaciones familiares son:
- Carecen
de pruebas empíricas sólidas que respalden su eficacia.
- Los
mecanismos a través de los cuales se supone que operan no están bien
comprendidos.
- Pueden ocasionar graves daños en la salud mental.
Lo que sucede es que desde su entrada en vigencia el método se fue amplificando utilizándose en diversos ámbitos como la medicina, la psicología, educación, organizaciones, conflictos legales, familiares, etc., pero en ningún caso significó sustituir o anular dichos abordajes específicos cada uno con lo esencial e insustituible de su competencia. Es decir, de ninguna manera el recurso de las constelaciones familiares o configuraciones sistémicas tuvo la intención de desplazar a las disciplinas específicas señaladas, sino, todo lo contrario, fortalecer y potenciar el resultado de su intervención específica y concreta con la mirada particular, sistémica, holística e integrativa de las constelaciones familiares o configuraciones sistémicas que nos devuelven la imagen de aquello que no estamos viendo o ha quedado oculto detrás de los conflictos o síntomas que llegan a consulta y que explica por qué una sentencia no deja satisfechas a las partes; por qué los conflictos familiares se repiten o se dilatan en el tiempo; por qué los síntomas se tornan crónicos; por qué no tenemos éxitos en nuestros emprendimientos ni prosperidad económica; por qué no se vende una propiedad, etc.
Esta innovadora metodología,
que se basa en la comprensión de los sistemas familiares y las dinámicas
subyacentes, proporciona claridad y soluciones no solo a los conflictos
familiares, organizaciones, operaciones inmobiliarias, relaciones en general,
sino a conflictos legales y judiciales complejos.
En relación con lo antedicho, es importante destacar que las constelaciones familiares aplicadas al ámbito jurídico y legal no sustituyen el proceso legal tradicional, sino que lo complementan y enriquecen. Al proporcionar una perspectiva sistémica y holística, ofrecen una comprensión más completa de los conflictos legales y todo tipo de conflictos, procurando encontrar soluciones más efectivas y satisfactorias para todas las partes involucradas y para ello se centran en la exploración de las dinámicas familiares y transgeneracionales que pueden estar en el origen de los conflictos y las disputas legales. A través de la representación simbólica de las relaciones y los sistemas familiares, se revelan aspectos ocultos y se obtiene una visión más profunda de las interacciones y los patrones subyacentes.
Como vemos, la intervención del Facilitador en Constelaciones Familiares lejos está de invadir o sustituir el ámbito de competencia exclusiva del abogado, si de conflictos legales -judicializados o no- se tratara, sino de integrar su labor con la mirada sistémica que le permitirá -en el caso concreto y con las particularidades propias del mismo- identificar las causas profundas de los conflictos, pues al explorar las dinámicas familiares, se revelan patrones y lealtades invisibles que pueden estar influyendo en la situación legal, permitiendo abordar la raíz del conflicto y trabajar hacia una solución más efectiva y sostenible. Entonces, por ejemplo, si bien, el derecho -cuando de un conflicto legal se trate-, se alimenta del conflicto, es posible llegar a un buen entendimiento gestionándolo desde las constelaciones como metodología de reconciliación. Y así con cada una de las profesiones, disciplinas o ámbitos específicos, las que, sin perjuicio de lo propio y concreto de su materia, podrán complementar el tránsito de todo conflicto o síntoma con el recurso de las configuraciones sistémicas que aportarán una mirada más amplia y diferente contribuyendo a la puesta en marcha de soluciones o caminos que alivien o procuren llevar calma, paz, comprensión y bienestar a los implicados en dichos procesos.
La contribución integradora de las constelaciones o configuraciones
sistémicas es esencial, pues ayudan a aportar claridad en las relaciones y las
responsabilidades dentro de un contexto legal, por ejemplo. Al visualizar las
diferentes posiciones y roles de los miembros de la familia o partes
involucradas, se pueden establecer límites claros y promover una mejor
comprensión de las implicaciones legales; permiten una comprensión más profunda
de las dinámicas familiares y cómo estas pueden influir en los asuntos legales.
Al tomar en cuenta el contexto familiar, se puede tomar decisiones más
informadas y equilibradas que tengan en cuenta las relaciones y las conexiones
familiares; pueden ser una herramienta efectiva para la resolución de
conflictos legales. Al visualizar las posiciones y las dinámicas de las partes
involucradas, se pueden explorar nuevas perspectivas y encontrar soluciones
creativas y mutuamente satisfactorias: ayudan a restablecer el equilibrio en
situaciones legales conflictivas. Dichos efectos podemos trasladarlos a
cualquier tipo de conflicto o desorden que una
persona, familia, grupos o instituciones puedan estar transitando.
Y
todo ese abordaje sistémico y amplio que este recurso aporta a todo
profesional, del ámbito que sea, no implica sustituir o intentar arrebatar de
su labor al psicólogo convencional, al médico, operador inmobiliario, abogado, ni
a ningún otro profesional ni psicoterapeuta. Lejos de ello, las configuraciones
sistémicas, al tomar en cuenta las necesidades y los intereses de todos los
miembros involucrados, nos permiten hallar soluciones que promuevan la armonía
y el bienestar general y a reducir el estrés y la ansiedad asociados con los
conflictos en general y los legales en particular. Al obtener una perspectiva más amplia y una
comprensión más profunda de las dinámicas familiares, se puede promover la
tranquilidad y la serenidad en el proceso legal, laboral, familiar, personal, psicoterapéutico,
inmobiliario o médico que los involucrados puedan estar transitando.
Otro de los grandes beneficios de las Constelaciones Familiares o
configuraciones sistémicas es que ayudan a mejorar la comunicación entre las
partes involucradas en el conflicto o asunto de que se trate, pues al
representar simbólicamente las dinámicas y las interacciones, se pueden
identificar obstáculos en la comunicación y encontrar formas más efectivas de
expresar y escuchar las necesidades y preocupaciones de cada persona.
Como vemos, es un desgaste de energía innecesario quedar atrapados o
dejarnos llevar por la crítica al método sistémico, en vez de investigar,
explorar y permitirse experimentar dicha herramienta o recurso como complemento
y espacio integrador, que tiene como objetivo principal buscar soluciones que
promuevan el bienestar general de todas las partes involucradas. Al tomar en
cuenta las dinámicas familiares y las relaciones, se pueden encontrar
soluciones más equitativas y duraderas que respeten los vínculos familiares y
el equilibrio sistémico.
Algunos expertos también argumentan que la técnica puede ser peligrosa
si se practica sin la debida formación y supervisión y a dicho aspecto apunta
la mala praxis. Este aspecto me parece trascendental y comparto la inquietud.
La controversia por la responsabilidad
profesional requiere advertir que
resulta esencial investigar, interiorizarse sobre la práctica, aclarar
posibles dudas y guiarse para acudir a espacios lo suficientemente recomendados
y con la debida referencia acerca de los antecedentes, formación y práctica
concreta del profesional o facilitador al que se acuda. Es vital que nos genere confianza y en lo posible acudir con la debida
referencia que derive de quien haya vivido la experiencia en tal espacio, pues la crítica más recurrente es al contexto
informal en el que se desarrolla la práctica, ya que frecuentemente nos encontramos con personas
que hicieron un curso de tres meses, constela dos o tres veces, y de repente se
convierte en facilitador, lo que resulta imprudente e irresponsable y si los
consultantes no lo saben, las consecuencias pueden ser contraproducentes.
A fin de profesionalizar y garantizar la seriedad y solidez de dicha práctica sistémica, en Argentina, la Fundación Constelaciones Familiares (http://www.fundacionconstelaciones.org/#!/-la-fundacin/) es una organización sin fines de lucro, fundada por la Lic. Tiiu Bolzmann junto a los profesionales, tiene como objetivo reunir la comunidad de las Constelaciones Familiares: formadores, facilitadores, comunicadores, estudiantes e interesados, definir los estándares de cualificación y proteger y asegurar la calidad de este trabajo, crear grupos de intercambio e investigación, brindar trabajo comunitario y generar acciones para promover esta herramienta. Como podemos ver, hoy es vital la necesidad de crear fundaciones con dicha finalidad, pues una Constelación Familiar o Sistémica impacta por la sencillez con que se desarrolla y por el alivio que se produce en el consultante, aspecto que han atraído a mucha gente, sin la preparación adecuada, a brindar ayuda con las Constelaciones Familiares y, en muchos casos, el facilitador autodidacta no sabe manejar la situación por falta de formación y esto puede tener consecuencias perjudiciales para el consultante y para la reputación de este enfoque.
Como se explica entre los objetivos de dicha fundación (http://www.fundacionconstelaciones.org/#!/-la-fundacin/), con ello, lo que se busca es evitar la proliferación del uso inadecuado de esta herramienta y asegurar la calidad de las Constelaciones Familiares como enfoque sistémico-fenomenológico y este trabajo requiere no solo un bagaje de conocimientos sistémicos, sino también experiencia de vida, autoconocimiento y una actitud especial; cuando personas no formadas comienzan a desempeñar este trabajo y además lo transmiten a otros sin haberlo aprendido profundamente, la seriedad y eficacia va disminuyendo, por lo que se impone la necesidad de velar por el mantenimiento de la calidad de la práctica impartida respaldando a aquellos facilitadores que han cumplido con todos los requerimientos y estándares para la adecuada utilización del método.
Asimismo, (Ver nota en https://constelamerica.com.ar/proyecto-de-ley-s-724-19-constelaciones-familiares/) en el 2019 fue presentado un proyecto de ley a instancias de la senadora Silvina García Larraburu a fin de generar un marco regulatorio para el ejercicio profesional de los Facilitadores en Constelaciones Familiares y Sistémicas fijando los requisitos necesarios de su práctica bajo parámetros que garanticen la seguridad de los aquellos y de los usuarios en instituciones públicas o privadas. Asimismo, se busca reconocer dicha actividad como herramienta para la reconciliación en las relaciones interpersonales bajo el enfoque sistémico y promover su difusión y utilización.
Consultado el sitio web del Senado de la Nación Argentina, se pudo constatar que el proyecto se envió a dos comisiones (Población y Desarrollo Humano, y Salud), aunque luego caducó sin más trámite el 28 de febrero de 2021 y archivado el 31 de octubre de 2022.
Y en relación con el cuidado y prevención, antes de una sesión o taller, el facilitador, terapeuta o profesional de que se trate, podría incluir Consentimiento informado y toma de responsabilidad al momento en que el consultante se presenta o se inscribe.
Por ejemplo, un texto sugerido
podría ser: “En mi carácter de
participante del taller de Constelaciones Familiares (configuraciones
sistémicas) o de consulta individual de Constelaciones Familiares
(configuraciones sistémicas), declaro bajo juramento que fui informado/a sobre
la técnica en la que voy a participar; como así también sobre el hecho de que
las Constelaciones Familiares (configuraciones sistémicas) no reemplazan
tratamientos médicos ni psicoterapéuticos ni psiquiátricos. Es por ello que
tomo total responsabilidad sobre mi participación y eximo así al profesional,
y/o a la institución, sus directivos y personal, de toda responsabilidad por el
trabajo, la información que de él resulte y cómo me afecte. Declaro bajo
juramento que me hago responsable de mi salud física, psíquica y mi situación
familiar. Considero que mi estado de salud físico-psíquico se adecúa para
participar de este taller o consulta individual. Me comprometo a mantener la
confidencialidad de todo lo vivido en el taller, especialmente con relación al
resto de los participantes. Autorizo la toma de fotografías, habiendo sido
informado/a que pueden ser utilizadas para enviarlas como imágenes sanadoras.
Autorizo la toma de fotografías para uso público, y en redes sociales. Autorizo
grabaciones de video/audios para su difusión pública y en redes sociales”.
Concluyendo entonces, podemos decir que las Constelaciones son una herramienta muy útil que nos
proporciona una mirada amplia y complementaria con relación al conflicto que
esté experimentando una persona o grupo; que nos permite abordar asuntos muy
complejos de una manera bastante sencilla y en poco tiempo vislumbrar y tener
compresiones que pueden generar semillas para impulsar movimientos de acción y
de transformación. Y, desde luego, son un recurso perfectamente integrado dentro de procesos
terapéuticos y
de transformación personal, familiar, social, legal, inmobiliaria, docente, laboral o empresarial.
No se trata de una
herramienta única que compita con otras herramientas, sino que está en
integración con otras y con su inclusión, complementar y potenciar los recursos
específicos de la materia de que se trate. De esa manera, el psicólogo puede
incluir el recurso de las constelaciones familiares o sistémicas para explorar
las relaciones familiares y entender las dinámicas que producen por ejemplo, la
angustia o ansiedad que consulta e incluirlo en el proceso terapéutico que
lleva adelante; o el abogado incluir este recurso para entender cuál es el
obstáculo que traba una sucesión o como resolver la distribución de acciones
entre socios que están en conflicto: el médico puede recurrir a ellas a fin de
clarificar que dinámica familiar o laborar mantiene en estrés a su paciente
dificultando la sanación; un docente puede utilizar el método para detectar
donde está trabado un alumno o cuál es su posición entre los compañeros de
clase; o un asesor de empresas puede observar mediante la herramienta donde
está la traba en la producción y así sucesivamente. Entonces, como vemos, la
práctica de las Constelaciones Familiares o sistémicas no invade ni arrebata la
jurisdicción propia y concreta de cada una de esas materias, disciplinas o
profesiones, sino que, por el contrario, suman como complemento para potenciar
y ampliar sus resultados.
Desde luego que para que
ello sea eficaz, requiere de la seriedad, solidez, experiencia y responsabilidad
de quienes asuman el rol de facilitadores, quienes en primer lugar deben haber
desarrollado y transitado su propio proceso personal, pues no hay
acompañamiento posible sin ese trabajo personal y el cambio en la mirada acerca
de cómo ejercer la profesión de que se trate, cambio que se observa cuando el
profesional acompaña desde la percepción, la intuición, los conocimientos y la
entrega (Ver al respecto; ¿En qué caja
vives?, p. 94 a 99. Ed. Urano, 2021, Cristina Llaguno).