martes, 29 de marzo de 2011

CONSTELACIONES FAMILIARES: Ordenando el núcleo familiar

ORDENANDO EL NÚCLEO FAMILIAR

Un ejercicio muy potente y conmovedor dentro del trabajo de Constelaciones Familiares es el de ordenamiento del sistema familiar.
Esto se logra cuando se pone a los padres y cada uno de los hijos, uno al lado del otro, por orden de llegada al mundo.
El ejercicio no consiste sólo en construir una cadena de representantes  según la línea sucesoria, sino lograr que cada uno de los miembros sea reconocido y honrado.
Esto significa: incluir a los que hayan muerto y dar un lugar a los excluidos.
Existen familias en las que la muerte de uno de los hijos es silenciada, negada, olvidada o mantenida en secreto. A veces, esto se hace por culpa, otras por no poder soportar el dolor. No importa si este hecho, que significa una exclusión y que afecta a todo el sistema por sus consecuencias, sea hacia un bebé no nacido, recién muerto o un hermano ya mayor. No importa si las razones que se esgriman sirvan para justificar la exclusión (murió en el vientre tan tempranamente que casi ni lo tuvimos con nosotros, se suicidó, decidió desaparecer, etc...)
Siempre las exclusiones traen desórdenes y algunas de las consecuencias pueden ser:
- Padres que se sienten muy culpables por la muerte del hijo y se autocastigan y deprimen de por vida
- Padres que no pueden superar el duelo y pierden de vista a los hijos que quedan vivos, permaneciendo como enganchados al hijo muerto
- Padres que no pueden hablar de la muerte del hijo y actúan como si aquello no hubiese ocurrido o lo mantienen en secreto
Para los hermanos, las consecuencias pueden ser también muy nefastas:
- Hermanos que se culpan por estar vivos y no haber sido ellos a quienes les tocó morir
- Hermanos que quedan desorientados y no pueden tomar su vida y sacar provecho de ella
- Hermanos que cogen destinos que los llevan directamente a la muerte ("en vez de morir tú, por amor, muero yo")
Cuáles son las frases que se utilizan en estos casos?
Los padres al hijo que murió o desapareció:
"Te nos ha ido muy pronto. Me hubiera gustado tenerte más tiempo conmigo. Te echo de menos. Pronto estaré contigo. Te doy un lugar enorme en mi corazón y te llevo dentro".
Los hermanos al hijo que murió o desapareció:
"Te reconozco como mi hermano. Ahora puedo verte. Tú eres el primero, yo, el segundo. Me hubiera gustado tenerte más tiempo como mi hermano mayor. Te doy un lugar enorme en mi corazón y te llevo dentro. Y haré con mi vida algo bueno, para que tu muerte no sea en vano".
Generlamente, este ejercicio resulta muy impactante. Aparecen sentimientos liberadores que permiten suspirar profundo y sentir de qué manera, la ausencia de un miembro de la familia puede significar algo tan perjudicial, mientras que al restituir el lugar que le corresponde, todos se sienten mejor y más unidos.
Poder participar de una constelación en la que se ordena el núcleo familiar permite que uno mismo, a través de la identificación y los sentimientos que se mueven, tenga un sentimiento de liberación. Pero no sólo es el sentimiento de liberación lo que aparece sino la toma de conciencia de pertenencia a un sistema familiar  propio y único. Cuando cada miembro es reconocido y ocupa un buen lugar, el orden en el sistema aparece y todos se sienten en armonía y en paz.