lunes, 13 de octubre de 2014

Verdades y mentiras en las sesiones de terapias

Hay personas que por su patología tienen la capacidad de explicar sus vivencias tan detalladamente que logran atraer la atención sobre ellas ocupando toda la hora de la sesión.
Como Psicoanalista tomo los contenidos que relata el paciente tal como los escucho para un posterior análisis, sin embargo, muchas veces no dejo de preguntarme si aquello que se cuenta en terapia ha ocurrido en la realidad.


En Psicología nos preparamos para realizar diagnósticos pero, ¿cómo tener en cuenta los hechos traumáticos si no sabemos si son verídicos?
Y si nos propusiéramos conocer si han sucedido verdaderamente, ¿cómo indagar sobre su veracidad sin herir la susceptibilidad del paciente?
Finalmente, ¿es necesario cerciorarse de lo ocurrido?

Recuerdo el caso de una paciente que ocupó toda su sesión en relatar los momentos en que, según ella, su profesor de idioma le expresó su amor.
El más mínimo detalle serviría para formar parte de la trama: una mirada, un encuentro en un pasillo, una coincidencia, un monosílabo...
Su novela de amor no terminaría hasta que acudió a un taller de Constelaciones Familiares para saber qué pasaría con su supuesta relación de pareja.
En la Constelación Familiar grupal, se mostró claramente cómo el profesor se escapaba cada vez que ella quería acercarse.
La representante de la paciente, no sólo lo seguía por toda la sala sino que intentaba cogerlo desde atrás por la cintura.
El representante del profesor, repetía: "ella quiere algo más que yo no puedo ofrecerle".

Otro caso muy particular fue el de una paciente que manifestaba mucha angustia ante el intento de establecer acuerdos con su nueva pareja, cómo festejarían las navidades, qué aportes económicos realizarían cada uno, cuánto tiempo semanal pasarían juntos antes de convivir, etc.
Su posición ante el compañero era muy clara, no así las respuestas de él que daban a pensar muchas posibilidades.
Cuando abrimos la Constelación Familiar individual, ella quedaba sola a un lado mientras que el compañero se veía rodeado de su ex mujer, hijos, padres, cuñadas, deudas, pago de hipoteca, pensiones y gastos personales.
Atrás quedaba la posibilidad de que este hombre pudiera entregar algo a la nueva pareja, de manera que toda idea de acuerdos parecía una ilusión más que una realidad.

Los relatos que también generan estos cuestionamientos son los que provienen de pacientes psicóticos que han pasado el brote y se encuentran adaptados dentro de una convivencia familiar.
El contenido delirante pasa a ser sustituido por situaciones que justifican sus alucinaciones e intentan convencer al terapeuta, una y otra vez, las razones por las cuales tienen sus traumas o reacciones.

Recuerdo el caso de una paciente que explicaba los motivos por los cuales necesitaba mudarse de casa. Había cambiado de residencia varias veces y en ésta última, tampoco se hallaba a gusto. Los ruidos de los niños de la escuela de al lado le molestaban terriblemente así como los coches que pasaban por la carretera.
Su sesión transcurría explicando los pasos que daría para vender la propiedad, cuánto dinero dispondría para comprar otra y cómo haría para pagarla.
Todo su discurso podría estar justificado si no fuera porque la decisión de mudarse no era compartida por su esposo, de manera que la solución pasaba para esta paciente por algo tan insólito como dejar a su esposo en la casa mientras ella se fuese a vivir con su mamá con el objeto de esperar a que apareciera un comprador y poder estar mientras tanto, más tranquila.

Vuelvo al Psicoanálisis para recordar que haya o no sucedido en la realidad, aquello que relata el paciente a través de las asociaciones libres, parte de su inconsciente reprimido.
Así tenemos los casos de abusos sexuales que más allá de su veracidad, hablan de lo que sigue siendo traumático para la persona.
Tomar en estos casos los relatos como ciertos, permiten expresar realidades que al día de hoy, para esa persona, sigue generando síntomas.
En conclusión, no hay verdades ni mentiras sino expresiones del inconsciente que necesitan ser elaboradas.