
El taller de Constelaciones pasado, no fue una excepción a la regla y como siempre, sucedieron hechos tan increíbles, que dejó a todo el grupo en el cual me incluyo, impresionado. Digamos, con la piel de gallina, emocionados y a la vez, agradecidos.
Y busco un sinónimo de GRACIAS, para no repetir, pero no se me ocurre ninguna otra palabra que encaje mejor.
De manera que, a todos los que participaron, gracias por la entrega.
Habéis estado verdaderamente dispuestos a ayudar a que otro pueda saber qué le pasa y cómo puede modificar su dolor o el dolor de los suyos.
Gracias por dejaros llevar y meteros en la piel de personas que nunca conocerán, aunque en cierta manera ya las hayáis conocido. Por atreveros a sentir emociones que no les pertenecen porque son propias de los otros y por ofreceros a ir más atrás del tiempo presente, a la historia de este país, a la España profunda, donde vaya a saber qué hechos tan trágicos tuvieron lugar.
Siempre digo que participar en una Constelación es un verdadero acto de amor.
El Domingo, habéis sido muy amorosos. Vuestras almas tuvieron oportunidad de agrandarse un poco más.
A todos vosotros, abrazos.