domingo, 14 de agosto de 2011

CAMBIOS EXTERIORES

Siempre se ha dicho que PARA CAMBIAR (hábitos, actitudes, maneras de enfrentarnos y resolver las cosas), ES NECESARIO EMPEZAR POR EL INTERIOR.
Sin embargo, en los casos en que los cambios no se dan con tanta facilidad a través de la terapia, propongo implementar algo diferente. 
QUÉ PASARÍA SI LOS CAMBIOS LOS HACEMOS EMPEZANDO POR EL EXTERIOR?
Esto es lo que sugerí a una paciente que llevaba tiempo, dando vueltas con el mismo problema relacionado con su autoestima.
A partir de ahora, le dije, irás a trabajar cada día, con un modelito nuevo, como si tuvieras que ir de fiesta aunque no vayas de fiesta o como si fueras Bridget Jones intentando conquistar a su jefe.
El Diario de Bridget Jones es una película británica del 2001.
Bridget Jones (Renée Zellweger) es una treinteañera de la ciudad de Londres que trabaja en una editorial y ve cómo sus noches pasan solitarias junto a su sofá, su televisor, su bebida, sus cigarrillos y sus kilos de más. 
 Su familia, como siempre, trata de emparentarla con un pretendiente, en esta ocasión el señor Darcy (Colin Firth), pero el primer encuentro no resulta nada bueno. No obstante, con quien sí consigue un inesperado lío es con su propio jefe en la editorial, Daniel Cleaver (Hugh Grant), que comienza con el intercambio de mensajitos por ordenador en la oficina. Pero está lejos de haber encontrado al hombre de su vida ya que el mujeriego Cleaver la abandona por otra y Bridget vuelve a quedarse sola. Pero aparece de nuevo en escena el señor Darcy, que asegura amarla tal y como ella es.

El hecho es que a la siguiente sesión, la paciente se presentó espectacularmente cambiada. Se las arregló para comprarse bijouterie nueva con muy poco presupuesto y  se las ingenió para combinar su ropa con sencillos y diferentes complementos. 
Me explicó que su cambio había generado una revolución en la oficina, impacto que pude corroborar, cuando mi hijo, adolescente sumamente tímido, reservado y poco hablador de sus cosas, que en ese día tuvo que abrirle la puerta para recibirla, me confesó una vez ésta se fue : "Mamá, que linda es tu paciente!!!.


A veces, para que nos amen tal cual somos, es necesario empezar porque nos miren.
A veces, para que nos miren, es necesario empezar a cambiar y no solamente por dentro.