PUNTOS A TENER EN CUENTA SI VAS A PARTICIPAR EN UN TALLER DE CONSTELACIONES FAMILIARES
Si has tenido oportunidad de estar en un taller de Constelaciones Familiares o piensas hacerlo en breve, las respuestas a estas preguntas pueden ser de tu interés.
¿Por qué, a veces, una sola Constelación Familiar no es suficiente para sanar un síntoma o enfermedad?
Los síntomas pueden estar generados por muchos factores y es posible que no todos puedan ser resueltos en un sólo taller.
Generalmente, se necesitan varias Constelaciones para tratar cada implicación por separado.
También se debe tener en cuenta el tiempo que se requiere para que cada persona tome consciencia de lo que haya visto en su Constelación Familiar, pueda elaborarlo y generar dentro de sí un movimiento de sanación.
Ejemplo de un caso:
Una paciente a la que le iban a quitar un riñón, quería constelar su cáncer.
En la primera Constelación Familiar, el cáncer estaba relacionado con la rabia que se llevaba en la familia hacia los hombres.
En la segunda Constelación Familiar, la enfermedad representaba el miedo a que su hija quede huérfana como le sucedió a la paciente en su propia vida.
Constelando un nuevo hijo |
En la tercer Constelación Familiar, la enfermedad expresaba la culpa por no haber estado disponible para su marido, dedicándose de lleno a su hija que había nacido con una minusvalía.
En este caso que detallo, las Constelaciones Familiares fueron realizadas cada dos semanas ya que la operación era inminente.
Finalmente, la operación no tuvo que realizarse.
¿Por qué después de participar en una Constelación Familiar sigo sintiendo la sensación que tuve como representante?
A veces, salimos de un taller, llevando el dolor, la rabia u otro malestar del personaje que representamos.
Ponernos en movimiento ayuda a salir de los papeles.
Ejemplos:
Caminar, sacar a pasear el perro, lavarse las manos o ducharse, pueden servir para una "toma de contacto a tierra".
Cuando siguen persistiendo las sensaciones que tuvimos en el taller debemos preguntarnos qué tienen que ver dichas sensaciones con aquello que nos pasa en nuestra vida.
Es muy probable que haya un mensaje para nosotros en ese malestar.
Es posible que aquel problema al que contribuimos a resolver a través de nuestra participación tenga que ver con mi vida y me haya afectado directamente.
No por casualidad nos eligen como representante.
Recuerdo el caso de una alumna que siempre era elegida para hacer de madre.
Cuando un día la invité a realizar su propia Constelación Familiar eligió como tema a tratar: "Quiero ser mamá".
Constelando la relación paterna |
¿Por qué mi problema sigue existiendo aún habiendo llegado a una solución?
Llegamos al punto de culminación de una Constelación Familiar.
Los representantes se sienten a gusto en el lugar en el que se encuentran.
La sensación general es de paz y tranquilidad.
Todos tienen la necesidad de abrazarse y finalmente, lo hacen.
Pasan los días y el problema tratado en el taller, continúa.
Tal vez, el problema necesite ser mirado nuevamente porque puede estar generado por otros aspectos que no vimos en la primer Constelación Familiar.
Ejemplo de un caso:
El tratamiento del duelo por un aborto intencional, necesitó de varias Constelaciones Familiares para poder superarse.
En la primera, se trabajó el sentimiento de culpa por el acto cometido.
En la segunda, el no seguir el destino de las mujeres de la familia (tener hijos a pesar de todo).
En la tercera, se honró al ancestro que murió tempranamente y dejó a su esposa viuda, a cargo de varios hijos, quien decidió no volver a dejar entrar a ningún hombre más en su vida.
En la cuarta, se trató el síntoma de la ansiedad que aún seguía haciéndose patente.
En la quinta, se consteló la relación de pareja para perdonar, aceptar la decisión y poder seguir confiando uno en el otro.
Las Constelaciones Familiares fueron realizadas semanalmente.
El síntoma de la ansiedad remitió.
La pareja pudo reencontrarse más amorosamente y se establecieron nuevos objetivos para realizar juntos.