Transcribo el relato de esta alumna, no sólo porque se trata de una bella historia, sino porque muestra de manera sencilla y sincera, el alcance que tienen las Constelaciones Familiares.
¿Cómo estás?
Muchas gracias por el mensaje.
Y sí, yo te autorizo a que vos escribas en tu blog.
Si querés usar mi nombre completo, Juliana Benítez, no tengo ningún problema, mientras sea de guía para otras personas y te agradezco que me hayas elegido para publicar este caso que es de Julián, mi pareja.
Él constela ya hace dos meses y medio.
Empezó constelando la relación con el trabajo porque no estaba ganando lo que él deseaba y en un momento se da vuelta todo y constela la relación con su padre.
Fue una constelación fuerte donde el padre lo habilita, lo reconoce, lo ve y él toma su fuerza.
Uso siempre todas las frases sanadoras que tenemos en el libro*.
Él llega a quebrarse emocionalmente, se larga a llorar hasta que se tranquiliza, se acerca el padre y dimos como terminada esa constelación.
Al mes y medio, toma la decisión de ir a buscar al padre porque sentía la necesidad de decirle que no tenía nada que reprocharle del pasado y que quería vivir de ahora en adelante, estando en contacto.
Hacía once años que no se veían y sin ningún dato yo lo acompaño.
Nos fuimos a Bell Ville que está a unos cien kilómetros de San José, un poquito más quizás.
Llegamos allá.
La última dirección que tenía era la de hacía once años atrás.
Todo había cambiado. Donde el padre vivía había un estudio jurídico.
Yo le digo: -Vamos a la Policía. Allí deben tener algún dato, deben saber...-.
Llamamos, recorrimos, buscamos hasta que encontramos.
Como la Policía recién se había mudado, estaba dividida en dos partes.
Donde nosotros vamos, no nos atendía nadie.
Llamamos por teléfono y nos dicen que ellos tenían datos, pero por un llamado telefónico no nos podían dar una dirección porque éramos extraños.
Yo invoqué mucho las fuerzas del arcángel Miguel para que vaya cortando y liberando.
Cuando llegamos, las policías eran dos mujeres.
Se encontraban sorprendidas porque una de ellas recién estaba terminando de leer en una página de gente que busca gente y se reencuentran después de muchos años.
-Estaba leyendo esto y justo recibo tu llamada de teléfono, que estabas buscando a tu papá después de once años. Yo no lo podía creer. ¿Esto es una broma o qué?-, nos decía.
Ellas recontentas. ¡La mejor onda! Nos dieron las direcciones que pudieron encontrar.
A todo esto, las policías refelices le decían a Julián que había que dejar el rencor de lado, que había que olvidarse de todo esto, que estaba dando un paso muy importante, que si fuera por ellas lo querrían acompañar para presenciar ese momento.
Le dijeron: -Estoy casi segura de que estás dando este paso por la mujer que tienes a tu lado-.
Lo buscamos, lo pudimos localizar.
Nos encontramos en un bar donde el padre frecuentaba.
Fue muy lindo el reencuentro.
Yo tampoco a él lo conocía.
Se dieron los teléfonos, el papá quedó en venir a visitarnos y dijo que estaba contento de ese reencuentro.
July no tuvo la fuerza para decirle que dejaba el pasado atrás. Le faltó un poquito, pero dijo que en la próxima vez que lo vea se lo iba a decir.
Estaban nerviosos los dos, pero era un ambiente muy lindo.
Después nos fuimos.
Antes July llamó a las policías agradeciéndoles porque ellas pidieron si podíamos informarles qué había pasado, si lo habíamos encontrado o no al papá.
La verdad que estaban felices.
Fue muy lindo, Ale, fue muy hermoso.
Creo que ahora voy a volver a constelar el tema con él.
Yo te tengo al tanto de todo lo que suceda.
Desde ya, muchísimas gracias por todo y nos estamos viendo en Mayo, si Dios quiere, para hacer el segundo nivel de Constelaciones y el curso de Péndulo Hebreo.
Un beso y un abrazo enorme".
*MANUAL PRÁCTICO DE CONSTELACIONES FAMILIARES, de Alejandra Mitnik, autoedición limitada.
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