En Constelaciones Familiares podemos ver cómo los destinos de los otros afectan y nos implican.
Cuando en un taller o en una sesión individual de Constelaciones Familiares colocamos a los representantes de los padres, abuelos o bisabuelos, podemos sentir desde dónde vienen los sufrimientos que actualmente se tienen.
La percepción puede tenerse en el cuerpo, ponerse en palabras o simplemente manifestarse como una conclusión.
Constelación Familiar individual |
El caso que cito a continuación es el de una paciente que realizando un árbol genealógico contactó con una familiar muy mayor para hacerle preguntas sobre el pasado.
A partir de estas informaciones, abrimos su Constelación individual y llegamos a colocar veinte muñecos representantes.
Inmediatamente sentí de dónde podía venir la implicación que le estaban generando síntomas de ansiedad incontrolables.
Cogí un papel y escribí, sin que ella lo viese: "El primer amor de la abuela".
Realizo este ejercicio a menudo, dentro de las sesiones individuales, para revisar si mi percepción con el Campo de Conocimiento del paciente es la adecuada.
De esta manera puedo comprobar, posteriormente, si lo que percibí tiene que ver con lo que el paciente siente.
En cuanto confirmo que mi percepción es la adecuada, siento que ambos, paciente y terapeuta, estamos sintonizados y vamos por el camino correcto.
¿Pueden generaciones anteriores influir en nuestra vida actual?
Al trabajar en Constelaciones Familiares, observamos que este impacto generacional se manifiesta en la mayoría de los pacientes y clientes.
Las muertes prematuras, los abortos, la marginación de algún miembro de la familia, el asesinato o la injusticia cometida, son hechos que van a alterar los Órdenes del Amor del sistema, creando patrones de enfermedad, relaciones problemáticas o elección de destinos inadecuados e impropios.
¿Cuántas generaciones atrás?
John L. Payne, en su libro Constelaciones Familiares para personas, familias y naciones, dice que puede abarcar de tres a siete generaciones.
Como consteladora he podido constatar esta regresión en el tiempo hacia los ancestros, a través de un caso de Constelación Familiar que impactó profundamente en el corazón de los asistentes.
La cliente quería constelar su sensación de que le habían hecho magia negra o algún maleficio que le impedía avanzar en su vida. "Quiero saber si hay alguna cosa o algo más", decía. Esta era su sensación y vivía muy apenada por dichos sentimientos.
La demanda de la cliente, sorprendió a todo el grupo y mi desconcierto fue mayor.
Nunca había trabajado la magia negra y no sabía muy bien cómo encararlo.
Intenté de varias maneras desglosar sus síntomas, mirando como Psicóloga la posibilidad de que estuviera ante una personalidad de diagnóstico psicótico.
Nada del discurso me indicaría que hubiera algo grave en su psiquis y su insistencia continuaba pidiendo que trabajáramos ese tema.
Cuando desplegamos la Constelación Familiar, se colocó a la representante de ella y a la mamá.
Ambas comenzaron a sentir que se ahogaban y manifestaban mucho calor en la sala.
Buscamos ayuda para ellas y coloqué a su abuela. Al instante, ésta empezó a sentir el mismo síntoma.
Se me ocurrió que la abuela necesitaba a su propia madre y coloqué a la bisabuela, la cual caminaba de un lado a otro haciendo gestos de ahogamiento y calor.
Conociendo la teoría de John L. Payne, insistí con dos representantes más de mujeres, para poder tomar la fuerza que viniera de atrás y buscando la generación en la cual se hubiera gestado el problema.
También ellas empezaron a quejarse del ahogo y el calor, pero esta vez, pidiendo a gritos que por favor terminara el sufrimiento.
Todas las mujeres empezaron a tener síntomas de desmayos y los malestares aumentaban de manera preocupante para mí.
Entonces, miré al grupo que estaba participando y todos estaban acalorados, necesitando salir a tomar aire, con expresiones de muchísima angustia.
El Campo del Conocimiento de ese sistema, traspasaba los límites de la conciencia de los representantes.
Me dirigí a la cliente y pregunté si sabía de qué se trataba esto.
El relato de algunas vivencias de sus antepasados nos llevó a pensar en la caza de brujas de otro siglo.
Esta fue una de las Constelaciones Familiares que me confirmaron el hecho de que los acontecimientos del pasado aún pueden seguir llevándose en el alma de las familias, hasta siete generaciones atrás.
También me permitió confirmar que los participantes, aún estando fuera del espacio en el que se encuentran los representantes, pueden entrar en sintonía y al mismo tiempo, comprender sus temas propios y llegar a resolver sus problemas.
A partir de ese trabajo, siempre coloco representantes hasta siete generaciones atrás para confirmar desde qué lugar proviene aquello que uno puede estar llevando y debe volver a dejar.